domingo, 4 de mayo de 2014

Un DÍA... empecé a vivir.

El poder del intelecto resulta ser el faro más potente, probar la original verticalidad. Aislar la añoranza estéril de lo que no has sentido, añoranza elaborada por el destino inherente a la sombra que en ocasiones te acompaña. Instinto hormonal invaluable, cariño reparador, no me abandones, quédate a mi lado, amor regalando libertad, libertad adherida al amor. Excitación palpable, sin reservas, antecede a cada instante junto a ti, me enseñas a creer, conoces los retos de mi corazón, valoras mi vida, confías en mí. Entiendo tus miradas insistentemente sorprendentes, motivos contundentes para habitar compartiendo tu firmamento. Disfruto tus sonrisas, degustación idílica para mis sentidos. Todo surgió en el paseo amurallado irremediablemente mágico, acumulación de entradas en el edén de tu gratitud. Te llevo en mis sueños, pienso en ti, me dejo llevar, movimiento alado sin condición, transporte de tu divo amor. Puedo caminar descalzo hacia quien tanto quiero. Delirio controlado para mis despertados sentimientos, danza lunar de incontables pasos. Incansable e irrepetible, eres verdaderamente buena, maravillosamente única, eres real. Necesidad de recorrer a tu lado lo que me queda por vivir, hasta donde el alma me lleve.
Por ella me siento tan enamorado, feliz, libre, lo más deseable que me puede pasar. Ella es quien he anhelado siempre. Ella, eres tú.

3 comentarios:

  1. Anda, anda. Angel, cualquiera iba a pensar lo prosapoético que eres. Muy bien, me gusta.
    Suerte pareja y Asun, un fuerte abrazo.
    Berna Basas

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    1. Un día descubres, sin pretenderlo, que se puede vivir sin el anhelo voraz de entender. Una mañana, te despiertas con el AMOR sublime.

      Gracias por tu atención.
      Un abrazo, Berna.

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