Aquel día, olvidé lo timorato de mi alma, desperté, salí del anonimato emocional. Lancé mis emociones sin posiciones al aire, en calma no fue casual. Fusioné sentimientos, movimientos, deseo y realidad. Empezar a respirarte de verdad, fue y es la senda expansiva del viaje por los renglones donde yo entré en tu vida tan diferente, totalmente colorida. Así con perspectiva, hemos ido completando con facilidad el texto que, en todo este tiempo estamos fraguando, sexto sentido florido que vamos encontrando. Unirnos al oírnos a favor del viento desde el primer día, eso es lo que yo siento. Me encanta escuchar el sonido de tus labios en esta ilusión sin condición, resulta luz en el lenguaje, primer puesto, venda para las relaciones sin ambages, arte a la vez que mi piel y el color de mi Amor se van abrumando desde el albor de este ardor que me gusta tanto. Moneda de la suerte, la estoy mirando aquí se queda, da igual cara o cruz, poseen luz, tiara real con exclusividad en su mensaje. Aprendizaje constante alrededor del calor de la sombra de tu piel. Contigo, siempre estoy mejor, no lo olvides nunca, por favor. Ejemplo de recuerdos, ingenuidad decisiva para poder cruzar el umbral del universo de lo mágico que yo contemplo. Ahí me pierdo, en el perfil de la tierra definitiva, sin nombre y sin tiempo, en nuestro atardecer, para realizar de manera natural, el proceso tan inusual y diverso del verbo Amar cuando este, no deja de brillar declarándome su intención. Me guía para sentir y me dice en secreto por donde debo ir, hasta que la estela del Azul de nuestros sentidos volatilice el espacio. Sumar despacio en el mar pasión sin aristas donde podamos encontrar nuestro lugar, allá, en nuestra estrella polar. Inevitable situación tatuada en lo más recóndito del corazón, eco sin principio ni fin. Necesito imaginar a voluntad trenzado a Ti, moviendo resortes para nunca llegar al confín de tu Amor. Ahí, es donde quiero vivir, es un secreto, no lo vayas a decir.
Te Quiero.
(Cualquier día 4 de cualquier mes de octubre)
