Cábala huyendo de la resignación no parlante.

A juzgar por lo que siento, obsolescencia en si misma, fin de la iluminación del instrumento verificador de las orillas que marcan al vivo fuego el resuello puro. Retazos inconexos espolvoreados ya sin nostalgia, con descanso a través del rudimentario planeo cambiante que muy muy lejos late ahora. Anhelos pendientes que han de acudir envolviendo los silencios vencidos por la aflicción aérea, olvidando la senda derramadora de vuelos rasos bostezando insistentemente con excesiva asiduidad. Inconsistencias pobladas por deseos huidizos sin saber muy bien hacia donde, extraños. Delicados e incógnitos lamentos.

Confusión inocente.

Error cognitivo, florece de incógnito en plena oscuridad al regalarte un no equivocado, confusión inocente sumergida en el aire de una mirada amanecida, bien repleta de sentimientos. Cuestión de sensatez. Siento la necesidad no visible de alumbrar el tiempo, de alejar el zarpazo del disfraz de vereda errabunda desolada, refulgir mi inapetencia hasta llenar el alma, engrosar la línea tan fina que me adhiere a la vida. Eso necesito.

Muy subjetivo, grato de compartir.

Tú consigues que saboree el aroma de las caras del sol. Motivas mi existencia fehacientemente. Nutres de buenos sentimientos mi vida. Eres lo mejor de todos los días. Certeza absoluta, no cambiante. Vuelve el equilibrio al irse bien lejos el punto reprobable, ese difícil de detectar.

Acuérdate de mí cuando recuerdes, nunca es tarde.

Te quiero.

4 de octubre, un día como hoy.

Caudal, ojos naturales.

Caudal, ojos naturales. Incongruencia incierta, justa poesía en tiempo presente. Estirpe aparecida dispuesta a sanar mis heridas desahuciadas. Ahora, para para parar, cacofonía arrítmica encontrada. Esfinges semánticas, fonética a analizar. Enciclopedia abierta del reflejo ordenado, gracia innata. Murmullo de mis silencios, por si se despistan de forma atrevida. Binomios, deberían ser incombustibles, insistentes. Actitud, aptitud. Consecuentes. Cabeza, corazón y viceversa. Sensaciones huidizas o direccionales, dependiendo de la declinación del momento. Recostado sobre la sonoridad de mis pensamientos, enigmática sensación. Sensatez acústica a modo de caricia puntual.