sábado, 31 de mayo de 2014

Razonamiento recóndito.

Para mí, uno de los personajes más famosos de la historia es sin ninguna duda Jesucristo. Éste, proporcionó secuencias inagotables e interminables, eficaces y fructíferas, sustanciales. Perduran, sobreviven a los tiempos, a las modas, a las personas, a todas. Con ímpetu indestructible creciente.
Se puede estar de acuerdo, o no, lo que resulta contundente es el aroma de su mensaje, en el que prácticamente toda la humanidad al completo, sea cual sea el momento, ha reflexionado sobre su vida, sus vivencias, su forma de entender la existencia. Aderezo más que suficiente para convertirlo además en uno de los personajes más importantes.
Jesucristo fue un auténtico revolucionario en todos los sentidos. Plantó el origen de la teórica igualdad entre los hombres (empresa harto difícil además de utópica, en su tiempo y en el nuestro) Su mensaje progresista, nada tenía que ver con las ideas de sus contemporáneos, sus frases venían de otras latitudes. Abría los sentimientos de las gentes, intentando que las conciencias lograsen acaparar el sueño, un poco más de lo normal.
Hay quienes pretenden olvidar que está ahí, aunque el estado de la desmemoria está repleto de recuerdos.

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