sábado, 1 de febrero de 2014

Reflexiones a solas.

Ahora que estás aquí, me agrada compartir, ahora que te siento ahí, tengo ganas de vivir. Sueño con volar, me invitas a respirar, a dejar atrás la soledad. Son formas de decir cuanto dependo de mis temores. Nunca es suficiente para embrujar mi piel, nunca es tarde para decir lo siento. Tal vez debamos intentar que el tiempo se haga corto para que sea diferente a ti, idéntico a ti, evaporar esos sacrificios, fallos y vicios, mosaico de imperfecciones, collage de pasiones que están por venir. Me apetece, algunos platos se rompieron, aún quedan... Mis torpezas se entremezclan en ocasiones con mi cobardía, a veces bajo los brazos para después resultar inalcanzable. 
¡Llevadme bien lejos! le susurro a mis duendes, sin mirar atrás, sin rencor, sin amargura, con corazón. Son formas de decir cuanto quiero a las personas que quiero, cuanto dependo de que me quieran, sin más. ¿Será verdad que los golpes te hacen fuerte? o es la intuición del epílogo del adiós, ¿quedará mi olor?, ¿qué mariposas sin color se posarán en las líneas de mi frente?
Encontrar la expresión exacta para exteriorizar mi interior, para describir el color que va tomando mi sonrisa, el movimiento de mis ojos. Que mis pensamientos comiencen a distraerse, poder volver a observar que el cielo también es azul.

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