jueves, 7 de junio de 2018

Naciste para mí.


Tu humildad, tu espiritualidad, tu compresión, adornan con bonito color el jardín de mis sueños. Sé donde quieren ir las emociones, crecen, no pienso en nada más, Tú, yo, El Cielo, El Mar. Territorio sin nombre brillando durante las horas que no están aunque bailan sin parar. Hablamos, siento el alma volar hacia el País de Nunca Jamás, deseos al aire bendecidos por el latir diario de todos los momentos repletos de instantes cetelleantes. Lágrimas sin comprimir mi estado, empiezan a salir de forma singular por el lado azul en el que navegan mis ojos que, sentados en el engranaje del Amor Real, avivan los resortes del entusiasmo que alarga el Sí Quiero primero. Ellos se quedan ahí sin condición, tienen su favor, lejos de socavar su ánimo, se instalan en la cumbre de la ilusión. Recóndito lugar entre las curvas de la Pasión y la conjugación del verbo Amar. Ya me gustaría tener tu presencia arrolladora que, hasta estando de espaldas, es imponente. Eres la Estrella en la puesta de sol. Mi sueño real, eres Tú. Naciste para mí.
Es cuanto deseo decir.

(Feliz día en tu Día)
Te Quiero.

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