lunes, 3 de marzo de 2014

Al otro lado de la inexactitud.


Las promesas que te brinda la primavera, son ese azul suave que lentamente asoma en el horizonte, motivos para evaporar los días grises, siempre existen. Cuando crees que los duendes te han abandonado, deja que te asalte el espíritu del Ángel que llevas dentro, va ceñido inexorablemente a tus sentidos, caminos silvestres exentos de promesas etéreas que intentan adormecer a la razón. Encantadoras, misteriosas orquídeas aligeran el peso de los oscuros sentimientos, acercando la calma exacta. Mágico bálsamo ahuyentando los recuerdos pertenecientes al grupo del olvido. Percusión celestial cortejando la sagacidad celeste, buceando en los silencios del destino alado, consiguiendo palpar la luz cegadora distorsionante del rumbo turbio intermitente, en ocasiones obstinado. Lo aparto de mi, consumo su estrecho asombro embriagándome de tu luz, de tu estrella, de ti. Lo derrama el cielo, motivo de amor, deseo deseablemente bueno, manantial emergente.
La generosidad acude al carnaval de tus conflictos, maquillando los ramilletes coloridos, aparecen golondrinas, portean el alma de un corazón, tu corazón enamorado, cohetes que fulminan el despropósito al aparecer inesperadamente por momentos en tu propia imaginación.

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