Lara, eres mi mundo.
Eres, el nutriente emocional necesario, huella indeleble que en mí, habita a diario. Todo lo que necesito reside en Ti. Tú fabricas el calor del amor en mis líneas de expresión. Tañido ilimitado del mejor latido de mi corazón, insólito y rítmico gracias a Ti. Eres la reina indisputable del reino de indubitable ilusión, el que yo llevo tatuado a todo color y así, cada animesario, voy dibujando con versos y letras que no se encuentran en ningún abecedario, el arreglo sentimental del balneario donde yo descansaré. Velaré todas las noches el abrigo que fui trenzando contigo en la memoria de Los Sueños de Lara pues siempre, está conmigo, hipsometría que tenemos y tuvimos entre Tú y yo. Inquieto y ligero, pantagruélico capricho además de caleidoscópico confín el botín de tu cadencioso quererme querer incapaz de aligerar mis formas de amar viéndote crecer. El hechizo favorito que yo necesito es el de tus palabras cuando me llamas Papá..., ahí, está todo, ¡Ya está!. Mirada nada común, la de tu ombligo cuando conmigo, dibuja el universo que Tú te mereces, línea divisoria en la que por fin contaremos por siempre el mismo aire sin despedirnos. Eres el norte de mis sentidos, eres, el sosiego y la satisfacción que proceden del auténtico Amor. Baile armónico para poder lucirnos cada amanecer heroico, estoico devenir, invariablemente conseguir estar contigo.
Es el deseo que siento yo.
Hija, felicidad para siempre.
Te Quiero El Cielo y El Mar.
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