La inteligencia se rinde en el trajín de vivir por el ansiado camino que, diseccionando al destino, vuelve por aquí con el mismo swing. Besos ciegos, sonrisa vacía, metodología inversa al bramido de los mejores días, en fin, aforismos míos. Universo creado entre la alegoría y el deseo para que ni el tiempo ni el viento decidan por mí. Utopía, es culminar la eugenesia que tanto anhelo pues ya no me queda ni el consuelo que tuve ayer. Se desvanece la confianza cuando alcanzo el sonido de la estrepitosa oscuridad. Contemplar el asalto de la curiosidad del funcionamiento de, cuerpo, mente, espíritu. Ímpetu hecho pétreo capaz de resucitar al interior del sol para poder dormir mejor. Sensación que, además de tentarme, ha llegado a helarme cuando cuento los cuentos que yo cuento y nadie ha contado, en la realidad tejida en el punto de partida en el que se asoma la imaginación y yo intento que se sienta acogida. Abanico de Contrastes a contemplar galopando al desconcierto de la memoria en color. Ayuda en la salvación aportando calor al ser como soy, nada más. Temperatura emocional resultante de lo grabado en la propia conciencia, evitando así cualquier desorden del pensamiento. Aseverando que daría la vida entera por olvidar el dolor de ayer, por no volverlo a ver. Ley que me asalta cuando nos miramos sin hablar. Callar, dormir, pensar, volar, sentir Amar amando el lucero que un día apareció, llegó para no volar cuando oscureció. Invariable su forma de buscar el glorioso momento repleto de instantes girando y esquivando inconvenientes. Ir tras sus miradas hacia aquella orquídea dibujada que me regalasteis ayer, en los sueños que a placer soñé y siempre quise tener. Anatomía del infinito arropada por la Estrella que un día me deslumbró desde que dijo "ven" y yo, seguí su senda en la hora que tuvo que ser. Bajó del cielo de mis deseos, detiene el tiempo cuando mis sueños, escapan a su dueño. Sedimento del talento que existe en la ilusión.
miércoles, 5 de diciembre de 2018
Cielo de mis deseos.
La inteligencia se rinde en el trajín de vivir por el ansiado camino que, diseccionando al destino, vuelve por aquí con el mismo swing. Besos ciegos, sonrisa vacía, metodología inversa al bramido de los mejores días, en fin, aforismos míos. Universo creado entre la alegoría y el deseo para que ni el tiempo ni el viento decidan por mí. Utopía, es culminar la eugenesia que tanto anhelo pues ya no me queda ni el consuelo que tuve ayer. Se desvanece la confianza cuando alcanzo el sonido de la estrepitosa oscuridad. Contemplar el asalto de la curiosidad del funcionamiento de, cuerpo, mente, espíritu. Ímpetu hecho pétreo capaz de resucitar al interior del sol para poder dormir mejor. Sensación que, además de tentarme, ha llegado a helarme cuando cuento los cuentos que yo cuento y nadie ha contado, en la realidad tejida en el punto de partida en el que se asoma la imaginación y yo intento que se sienta acogida. Abanico de Contrastes a contemplar galopando al desconcierto de la memoria en color. Ayuda en la salvación aportando calor al ser como soy, nada más. Temperatura emocional resultante de lo grabado en la propia conciencia, evitando así cualquier desorden del pensamiento. Aseverando que daría la vida entera por olvidar el dolor de ayer, por no volverlo a ver. Ley que me asalta cuando nos miramos sin hablar. Callar, dormir, pensar, volar, sentir Amar amando el lucero que un día apareció, llegó para no volar cuando oscureció. Invariable su forma de buscar el glorioso momento repleto de instantes girando y esquivando inconvenientes. Ir tras sus miradas hacia aquella orquídea dibujada que me regalasteis ayer, en los sueños que a placer soñé y siempre quise tener. Anatomía del infinito arropada por la Estrella que un día me deslumbró desde que dijo "ven" y yo, seguí su senda en la hora que tuvo que ser. Bajó del cielo de mis deseos, detiene el tiempo cuando mis sueños, escapan a su dueño. Sedimento del talento que existe en la ilusión.
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