Cuando te asustas, surgen los fuegos, fallos del destino, fracasos de comprensión. ¡Qué decir! ¡Cómo sentir! Sensible oscuridad, incógnita despejada, apasionantes son los retos, nunca fingir.
Notar su piel, conseguir lo que deseas, mágicos presagios, lanzarse al mar inalcanzable, evaporar los icebergs, dejar muy atrás los regresos de la inesperada e inoportuna soledad. Posar los pies en el suelo, tu cabeza rozando el cielo, conocer al corazón, sin más. Disimular los descampados, pasar las sombras a las páginas del olvido, borrar los días grisáceos, convertirlos en azul fiel, jardines sin pecado, fusión de joyas que te quedan, igual que tú. Confesiones de la propia conciencia.
Cuando notas que se puede salir del desierto, van apareciendo oasis reales, son verdad, no son fruto de la imaginación, no son espejismos de nunca jamás. Sentimientos que llegan, te das buena cuenta.
Apareciendo momentos que guardas, no cambiándolos por nada.
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