viernes, 11 de octubre de 2013

Patente de refulgentes centellas.

He llegado a soñarte tantas veces, aroma de pensarte en plenitud, sin porcentaje conocido, sin descanso, clamarte con certeza absoluta, ilusión imponente sin agrietar, no sobrevalorada. Estandartes al éxtasis sin tiempo, cobijados al velo de cualquier horizonte, sin desmayo de la lealtad que hacia ti tengo, germina de forma ígnea mi realidad eficaz, lógica encadenada a cualquier justificación en calma, lecho esperado en su momento, deseado, sólo bastas tú, gesto concluyente, recuerdo indeleble, remotamente lejos de toda periferia, bien pintado del azul de mis sentidos, eso sí.

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