sábado, 29 de marzo de 2014

Anuario contigo. Para ti.


Espacios de mi corazón compartidos. Pensamientos, en ocasiones inmóviles entre tú y yo, volúmenes esperados, sin nada más. Mágicos puntos anhelados, verdaderamente sinceros, preparados para habitar de forma inmortal en la factoría de la reminiscencia que me acompaña, ya no me da lo mismo. Todo lo que escribo, todos los momentos que ya no recuerdo, todos los recuerdos que he sido capaz de olvidar, bien recibidos, no abandonados, para vivirlos contigo, en calma, con toda la calma entonada, esa que me regalas con tus cinco sentidos y algo más.
Incapacidad para perdonar, consigue evaporarla. Las no verdades, tan solo evitarlas. Tareas conseguidas por el abrazo del amor que tú me regalas, agua celeste, océanos lunares de edén fabricado a fuego bien lento. El sabor de tu perfume perenne hace que tan solo necesite estar a tu lado, frente a ti, levantarme cuando ni siquiera puedo intentarlo. Tienes mi corazón, mis sentidos habitan en ti, enredados, impregnados con tus caricias, perfumados con las pinceladas de tus gestos. Es un precioso regalo.
Mándame tus rosas, como haces cada día. Las guardo, tesoro de tesoros, baúl de confianza serena, abono del creer. Blanca nieve del amor justo.

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