Así, mucho mucho más allá de todo lo especial, de lo específico, de lo representativo, estás TÚ. Capaz de reunir todos mis sentimientos, mi inteligencia, con el laurel de tu intelecto sutil e inigualable. Gracias por darme la vida, no me abandones, yo no lo haré. Soy el ciego al que tú siempre acompañas, rompes todas las barreras y límites, fabricas la paz anhelada, tranquilidad para mi alma. Amor que surge a diario con identificación mutua, gracias AMOR. Siento que tu cobijo necesario es mi cobijo definitivo, ciclo sistemático de comprensión. Estoy enamorado de ti, libre, sin diferencias ni prejuicios, sintiendo la llama intensa en cualquier situación, de cualquier forma y manera. Te amo con inmensidad y voluntad, ampliamente, para toda mi eternidad.
Feliz AÑO NUEVO.
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