Tan solo en un instante sin intención exasperada, intento revisar la cota más alta de mis niveles mínimos, asaltado por cualquier secuencia de anhelado promedio. Evasión con tacto, intento avanzado. Axioma directo al epicentro de los sentimientos. Oprobio elevado lejano, asceta rehuido. Ciertamente ganas de vivir en la coherencia necesaria alimentada por lo antagónico a la umbría de sus ojos depredadores de lo púdico, de todo florecimiento, pupilas ponzoñosas.
Asimilé con el ajetreo del tiempo, todo lo concedido al aparecer aquí, pude despedirme de aquello convencido, categóricamente absorto de lo realizado.
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